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Editorial: El legado del Dr.Jaime Zipper

Correspondiendo a su misión de “… proteger el patrimonio vinculado a la medicina en Chile a través de su acopio, conservación, investigación y difusión…”, el Museo Nacional de Medicina ha recibido parte importante del testimonio del valioso trabajo del Dr. Jaime Zipper Abragán.

Dicha donación consta de archivos, correspondencias, fotografías y un dossier elaborado con ocasión de su postulación para un premio Nobel.

El Museo, ha decidido en conjunto con la familia del Dr. Zipper, acopiar este material, conservarlo y posteriormente entregar esta información a la comunidad como una forma de reconocimiento a la importante labor del Dr. Zipper, dentro de la exhibición que mantiene el Museo con vitrinas que expongan material  inédito y en definitiva la importancia para Chile y el mundo del trabajo realizado.

El doctor Zipper fue académico y científico de nuestro plantel por más de 30 años, e inició su carrera en el Instituto de Fisiología, precursor del actual Programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas, ICBM.

Sus mayores aportes, de alcance y renombre internacional, fueron: el anillo de Nylon, el dispositivo intrauterino de cobre, DIU, y la esterilización química con quinacrina.

Anillo de Zipper.
El doctor Zipper creó el anillo de Nylon en la década de los ‘50, basándose en el principio de que este hilo sintético produce cambios en el tejido endometrial, con lo que se modifica la eficacia de los espermios en su trayectoria a través del útero. Fue ampliamente usado en varios países del mundo además de Chile, entre ellos Cuba, y fue el predecesor de lo que sería la T de cobre.

El doctor Zipper demostró que el efecto espermicida se basaba en el recubrimiento de un dispositivo con cobre, por lo que perfeccionó un dispositivo con forma de T con este metal. Hoy es utilizado este principio con algunas modificaciones en todo el mundo llamado DIU. El reconocimiento intelectual entre sus pares se produjo luego de ser patentado por el Population Council de Estados Unidos.

Un tema primordial es la eficacia y seguridad del método, además de la posibilidad de planificar la familia que hasta el día de hoy siguen aportando en forma muy significativa la disminución de los abortos y mortalidad materna a nivel mundial, siendo Chile el primer país en ser beneficiado con su trabajo.

Esterilización no quirúrgica.
Otro descubrimiento en paralelo a la DIU, es respecto del uso para la quinacrina.

Este es un “… método, simple, ambulatorio y que se realiza por vía transcervical, fue pensado para las mujeres que ya habían completado el número deseado de hijos…” Se trata de un antiguo medicamento que en altas dosis sirve para tratar la malaria y el paludismo, entre otras patologías. A mediados de los ’60, el doctor Zipper se informó de su capacidad de fibrosar las hojas pleurales –membrana serosa que recubre los pulmones- al ser instilado directamente, de lo que surgió su hipótesis respecto a que podía ocurrir lo mismo en el epitelio tubario. Así, se genera un tejido fibroso que bloquea las trompas de Falopio, en un procedimiento que, en la actualidad, se realiza colocando gránulos de este producto en la parte más alta del útero.

Este avance fue aplicado con gran éxito en diferentes naciones, como Costa Rica, Vietnam, India y Chile, entre otras, por su fácil aplicación y amplia accesibilidad. Para esta tarea contó con la ayuda de todo un equipo, entre los cuales se contaba el Dr. Mario Medel, la Dra. María Eugenia Bruzzone y los recordados Drs. René Guzmán Serani, Alfredo Dabancens y Gianni Pinardi. Sus resultados fueron seguidos años después por los doctores Zipper, Alfredo Dabancens –también académico de nuestra facultad- y otros, proyecto en el que estudiaron por 12 años a casi 1.500 mujeres que se esterilizaron con este método, concluyendo que las tasas de cáncer invasivo en ellas no difieren de las esperadas para la población general.

Estos y otros trabajos lo hicieron merecedor de los premios Samuel Siegler, otorgado por la American Fertility Society en 1970 y el Ernst Grafenberg, de Alemania en 1983. Además, fue distinguido como uno de los quince líderes mundiales de la anticoncepción por el Centro Latinoamericano de Salud de la Mujer en el año 2000.